martes, 5 de febrero de 2013

¿Esclavos de lo que decimos y Dueños de lo que callamos?

Si las palabras son tan sagradas, ¿Porque muchas veces las utilizamos tan inútilmente?
Hablar es un privilegio al cual no se le puede poner un valor, cada palabra que decimos es un ladrillo que ponemos en los cimientos del piso que vamos a ir caminando.
Muchas veces nos convertimos en esclavos de nuestras palabras... Seguro ya haz escuchado eso... Ahora, la pregunta es... ¿Realmente somos esclavos de nuestras palabras? A mi forma de ver, siento que debemos saber decir lo que sale por la boca, al igual también, que cada cosa que decimos, es porque en ese momento realmente las pensamos... Eso de "Lo dije en caliente" ¡No! Señores, hay que hacerse responsable de lo que  se sale por el movimiento de labios. Lo que hace a una palabra esclava de uno mismo es aquella ocasión en la que tal vez la palabra se caen antes de pensarla y tenemos a alguien ahí para que nos la recuerde.
En otros términos, no seriamos esclavos de una palabra si no tenemos a nadie que nos la recuerde, lo cual no quiere decir que sea malo, todo lo contrario, si tenemos a alguien que nos la recuerde, lo que hace es generar dos puntos de inflexión, uno es lo malo de hacerse cargo de algo "Malo" o "Inadecuado" que dijimos, lo bueno es que al recordar eso y haciéndose cargo de lo dicho, lo mas probable es que no cometamos el error de nuevo.
Lo bueno de las palabras es que nos permiten gritar y ser libres en el momento oportuno así como podemos enterrarnos con ellas mismas.
Cuando las cosas están mal, hay que decirlas, cuando están bien hay que decirlas, pero siempre oportunamente... ¿A que vamos con el "Oportunamente"? Hay que pensar las cosas antes de decirlas para después no arrepentirnos, si pensamos lo que vamos a decir la cosa sale mas clara, somos consciente de lo que estamos a punto de hacer, ahora, si lo que hacemos es solo hablar vamos a estar jodidos, si hacemos un uso adecuado de la herramienta le podremos dar valor por mucho tiempo, pero cuando a esta herramienta la usamos mal, lo que hacemos es que pierda ese valor, y al perder el valor lo que hacemos es perder que nos escuchen.
Cuando hablamos de hablar oportunamente, también invita a nuestro amigo el silencio a compartir esta charla... Cuando no sabemos que decir hay que callar, cuando no sabemos si es realmente factible lo que vamos a decir hay que callar, si no conocemos de lo que se esta hablando hay que callar o preguntar en su defecto, nunca opinar porque si, cuando juzgan a una persona que no conoces no acotes para quedar bien con el que enfrente tenes, porque solo vas a obtener ser uno mas del montón.
¡Silencio! Cuando estamos enojados, hay veces que es la mejor opción, podemos herir muy fuerte a la persona que nos hizo enojar tan solo con las palabras que podemos llegar a emitir, el silencio es otra herramienta absoluta de aliviar cada momento y hacer pensar a la persona en frente a mi entender.
Dudo siempre de la verdad absoluta, aprendí a ver que muchos tienen verdades y que la refutación de ellas no siempre es la visible a los ojos de todos. No hablo de mentiras, eso es otra cosa, como por ejemplo las palabras mal utilizadas, hablar por hablar,al igual que los insultos para tratar de herir al otro.
Hay un conjunto de palabras que no deberían desaparecer como ultimamente parece haber pasado "Buenos días, Buenas tardes, Buenas noches" y "Hola, Hasta luego, Muchas Gracias, Perdón, Por favor" Palabras que se han convertido en mágicas, ya que es el orgullo de los grandes, la voluntad de los que la añoran y practican y la gracia de algunos jóvenes.
Hay una muy linda frase que dice "Aprende a callar para poder escuchar, escucha para poder hablar y habla para hacer callar"
Es una de las pocas frases que quedan siempre girando en mi cabeza para aplicarla todos los días. Aprender a hablar para hacer callar a personas que creen siempre tener la razón es una de las grandes virtudes así como escuchar a los que saben.
Muchos comenten el error de repetir lo que otros le dijeron a otros que lo escucharon de lo que dijo alguien que ya no sabemos como se llama. Tratemos de escuchar, y agarrar las palabras sabiendo de quien viene, así como agarrar el silencio que también dice mucho.-

Este día empieza a crecer en esta hermosa ciudad y una vez mas después de años es testigo de mis desvelos por las madrugadas en que la cabeza va un poco mas ligero de lo que quisiera decir mi boca.
                                             
                                                                         Buena vida...

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